Viña Gisbert Andújar, Jaén, España

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Descripción

El proyecto de viña Gisbert está directamente emparentado con las experiencias derivadas del movimiento moderno. Tal como afirma Rafael Casuso en su Propuesta para una revisión crítica de la arquitectura del siglo XX en Jaén, “No estaríamos muy descaminados al pensar concretamente en la Casa Müller (Adolf Loos, 1930), con la que el paralelismo de la Viña Gisbert es más que evidente. El edificio se caracteriza por un diseño cúbico donde la interpenetración de volúmenes se complementa con la limpieza ornamental y el empleo de la ventana apaisada, así como las barandillas de tubo metálico. El emplazamiento de la viña en plena Sierra Morena no resulta casual, pues en esa época se estaba concluyendo una de las obras más emblemáticas del movimiento moderno en Andalucía, el Embalse del Jándula”. Esta modernidad impulsada en la Segunda República se vería inicialmente truncada por el advenimiento de guerra y la adopción de un lenguaje oficial regionalista e historicista, y es por ello más aún por lo que supone un magnífico ejemplo de la arquitectura del movimiento moderno en Andalucía.

Tras la transición escenográfica del porche exterior al interior de la vivienda, se aprecia como los diferentes espacios se articulan en torno a la escalera que ocupa el centro de la planta abundando en el concepto dinámico del espacio. Los volúmenes se muestran con limpieza en el exterior configurando con libertad formas puras, espacios abiertos o terrazas, a veces en una composición voluntariamente antisimétrica de macizo y hueco en plantas superpuestas, como en la fachada principal.

Datos históricos artísticos.

En 1932 José Corbella Pené recibe el encargo de proyectar una casa de campo o viña para el presidente de la Junta Local de Patronales de Andújar, Plácido Gisbert, finalmente construida en 1934. Para Corbella supone una nueva oportunidad de introducir los postulados de la modernidad al amparo de la burguesía pudiente mercantil de la localidad, utilizando un lenguaje racionalista claramente inspirado en las experiencias y los modelos establecidos en las revistas alemanas de arquitectura, como afirma Casuso. Aproximadamente en las mismas fechas Corbella Pené está construyendo junto con Francisco Alzado el Cine Tívoli en el centro de Andújar, que supone la introducción de las nuevas técnicas del hormigón armado en la localidad. Estas obras, junto con el Mercado de Abastos construido en 1935-1940, suponen magníficos ejemplos de la arquitectura racionalista y el lenguaje internacional por los que había apostado la Segunda República Española . Esta ansia de modernidad condenará a Corbella al ostracismo tras acabar la guerra civil española al quedar arrinconado por la nueva arquitectura oficial, obligándole a volver a Madrid.

Otros datos

En 1932 José Corbella recibe el encargo de construir en plena Sierra Morena, una casa de campo o viña para Don Plácido Gisbert, presidente de la Junta Local de Patronales de Andújar, que se levanta un par de años más tarde. Corbella, inspirado en las experiencias y los modelos divulgados por las revistas alemanas de arquitectura, diseña un edificio cúbico, despojado de todo accesorio ornamental, con las características ventanas apaisadas y barandillas de tubo metálico. Los diferentes espacios se articulan en torno a la escalera, que ocupa el centro de la planta, abundando en el concepto dinámico del espacio. Los volúmenes se muestran con limpieza en el exterior, configurando con libertad formas puras, rectas y curvas, espacios abiertos o terrazas, a veces en una composición voluntaria asimétrica de macizo y hueco en plantas superpuestas, como en la fachada principal.

La obra supone la cancelación de los últimos episodios de regionalismo ecléptico en la obra de Corbella, que emprende el camino purificador de un racionalismo no exento de clasicismo, rechazando lo superfluo. Alcanza de esta forma altas cotas de simplificación volumétrica que conjuga con reflexiones sobre la incorporación de lo vernáculo que no enturbia la contundencia formal de la obra; una cubierta inclinada a tejas, apenas perceptible volumétricamente, y algunos aplacados pétreos de la zona, que se superponen sin profusión decorativa. La penetración a la vivienda se hace de forma calculada, escénica, y existe una clara tendencia a la homologación entre las caras del cubo. La preocupación por la espacialidad interior queda sin embargo en un segundo plano, y pasamos a un interés por los temas de la nueva funcionalidad, enlazando con la incorporación de técnicas e instalaciones renovadas en los modernos modos de habitar.

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